Colores clásicos para decorar habitaciones
Con una versatilidad única, la nueva línea de color en esta sala con el índigo que refleja tranquilidad, fueron inspiradores en su decoración; aunque hay varios tonos de azules, se unen para estar juntos de una forma muy natural.
La sala se siente muy casual y al mismo tiempo práctica como lo es el denin, facilitando la vida y mejorándola a medida que envejecen como sucede con el denin, que mejora con el tiempo y el color se desvanece un poco suavemente. Un sillón de orejas esta tapizado con algodón vintage, la tela fue teñida con azul, es informal y el toque de rojo lo tiene un almohadón francés del siglo XIX. Las paredes para complementar tienen un acabado en la que se utiliza yeso blanco y glaseado frio de primavera, color indigo-denin.
El sofá Chesterfield con una opción muy duradera y bastante práctica de mezclilla, complementan con los cojines que tienen una franja cubierta de añil. Las lámparas de porcelana son un punto visual para resaltar los motivos de la habitación y combinan con la mesa tosca de caballete. Las alfombras estratificadas y tejidas elaboradas con viejos pantalones vaqueros, añaden una gama nueva de azules índigos a la habitación. Los frisos de madera están pintados en seis tonos de colores, dándole colorido con esta gama de azules brillantes a la entrada de la sala.
El índigo en todo el mundo es el color que da vida, se usa para teñir telas como las de este mantel de patchwork. El ajuste es formal, pero el ambiente no y ofrece un color que da vibraciones combinándolo con las paredes en un color neutro, con una linda colección de varias culturas de cerámica en la repisa de la chimenea, reflejando un atractivo particular de los clásicos colores azul y blanco.
Los dos tonos de pintura resaltan la belleza de los detalles estilo arquitectónico para añadir una profundidad al espacio. Con molduras tibetanas y las paredes con dinteles en gris.
Unas sillas con respaldos curvados suavemente, cubiertos de piel envejecida, jarrones agrupados en la repisa de la chimenea, de diferentes épocas y países. En una variación de azul y blanco. Un candelabro de cristal, elegante, con un brillo que cautiva y a pesar de lo grande se siente ligero. Los biombos tapizados en cuero color caramelo dan acento a las esquinas en una escala grande que es otro aspecto arquitectónico en esa hermosa habitación.
Esta sala en una combinación de colores azul y negro, crea un entorno sofisticado para una enigmática colección de arte. Los muebles en cuero negro y tinta van contra el metal y el vidrio. Los objetos se encuentran junto a las fotografías contemporáneas con una antigua rueca japonesa. Es un efecto que atrae y es llamativo, pero también relaja, tranquiliza.
Una combinación perfecta, la escultura de color azul eléctrico de Merete Rasmussen de la Galería J. Lohmann, agregando colores vivos a la mesa de coctel en acero y vidrio. Cojines de tela boro japonesa del siglo diecinueve en un elegante sofá y una alfombra de piel de vaca complementan este ambiente. La pintura de la pared fue creada por capas en tonos diferentes de azul y dejando que goteara naturalmente, en la parte inferir acaba con un borde apagado y se convierte en revestimiento de madera virtual.
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